Reseña: Una noche nada más - Tessa Dare.



Sinonsis:
Cala Espinada es el destino preferido de cierto tipo de damas bien 
educadas: muchachas enfermizas, escandalosas o muy tímidas; jóvenes esposas desencantadas con el matrimonio o jovencitas demasiado encantadas con hombres inadecuados. Pero también es un paraíso para los que viven allí.

Victor Bramwell, teniente coronel del Ejército británico, alejado del servicio por una herida de guerra, está dispuesto a cualquier cosa con tal de recuperar su comisión. Incluso a convertirse en el conde de Rycliff y a crear a toda costa una milicia en Cala Espinada. Por supuesto, ese no es lugar para alguien como él; allí solo hay solteras... y ovejas. Aunque también está la exquisita Susanna Finch, una mujer decidida a llevar a cabo su utopía personal y salvar un ejército de damas, reivindicativas, modernas, de las garras de los hombres de Bram.

Se ha declarado la guerra entre los dos bandos y ninguno de ellos está dispuesto a ceder.


Puede que mucha gente se queje de que sólo se editen novelas eróticas y ya ha quedado clara mi postura al respecto: no es cierto.

Por eso, aunque sorprenda , yo he leído una novela de regencia, sí, exactamente, de regencia, cosa que por otro lado puede resultar chocante, no obstante diré a mi favor que de vez en cuando hago un viaje a este periodo histórico, pese a que siempre sospeche que me tenga que dar de codazos entre tanto lord y lady, pues dudo que haya espacio para más dentro de este sobre explotado escenario histórico.

Vale, tras mi arrebato justicativo voy a hablar del libro.

La sinopsis deja claro que nos vamos a encontrar, así que no ahondaré en ello. Sí es cierto que el argumento (y ojo, esto no es una crítica negativa sino un apunte) se parece un poco a la peli La mandolina del Capitán Corelli. Aunque aquí nuestro prota, Bram, no tiene ni puñetera idea de tocar un instrumento (musical)

Una de las razones por las que me atreví a leer este libro, pese a mi obstinación en apartar de mis lecturas regencia, fue leer el primer capítulo.

Me encontré con una forma de narrar muy particular, muy de indirectas, recurriendo a comparaciones divertidas y si bien se expresa con eufemismos éstos no estropean el ritmo.
Por supuesto, otro de los puntos fuertes es, aparte del entretenido tira y afloja, los pensamientos no expresados en voz alta de los dos protas, en especial de ella.

Bien, la relación de ambos comienza con un encontronazo con conato de experiencia relgiosa, aunque apartan un poco la idea hasta que no pueden más.
Las indirectas y los dobles sentidos mantienen al lector entretenido, pese a que sabes que están hechos el uno para el otro (a ver, esto tampoco es negativo, es romántica, el 99.9 % de las historias tienen hapyy end) 

Sonríes, sin evitarlo cuando él tiene que enfrentarse a un coro de mujeres (no tan debiluchas como aparentan) o cuando, como todo hombretón decide ir a la taberna del pueblo a empinar el codo y se encuentra un salón de té.

La escena más memorable está protagonizada por un secundario de lujo, joer, lo que me pude reír con el primo de Bram. Colin, un aristócrata, crápula (ves, es regencia, siempre tiene que aparecer un lord vicioso y no pasa nada) cuando decide reconquistar el pueblo para los hombres y alienta a los presentes, empezando por el cambio de nombre del salón de té (la cándida mariposa) por otro más "masculino" y en el proceso arenga a su hombres para que les suba la testosterona. Colin sé que tiene su libro, y que saldrá en breve y que me lo leeré sin dudarlo, porque intuyo quién va a ser su oponente (lo intuyo porque viene un avance al final de esta historia)

Las escenas hot son, como era de esperar convencionales, (no pasa nada, puedo devorar una novela donde el prota no saque la mano a pasear y divertirme) aunque tiene un punto a su favor, huye de los eufemismos, es decir, no llamas a cada cosa por su nombre, pero no me jorobas la narración con dobles sentidos y con eso ya se ha ganado mi aprobación.

Una buena historia, con ingredientes originales que demuestra que hoy en día se pueden escribir novelas divertidas sin subirse al carro de la erótica (al que por cierto no es tan fácil subirse y que no garantiza que te publiquen, por si acaso alguien lo piensa)  para publicar, es decir, una novela entretenida y bien llevada sabe coexistir con las modas.
Véase ésta como ejemplo.



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