¡A lo grande!

Cuando me han dado la noticia me he quedado flipando yo sola.
DIVORCIO, que se publica en junio, junto con dos novelas más: Cuando la memoria Olvida y No todo fue mentira, van a salir en formato... ¡Grande!


Hasta ahora la editorial publicaba en formado bolsillo (13*18) a un precio de 11,95.-€. Pues a aprtir del mes que viene pasamos a formato trade, es decir 15*21, lo cual es estupendo, como poco, ya que siempre luce más un libro en este formato.

El precio también cambia, pasa a 15.-€ en números redondos, pero merece la pena.







Y aquí está el primer capítulo: 

Abril de 1900.

—Tu padre te está esperando en su despacho.
Maddy levantó la vista del periódico que estaba leyendo a escondidas, disimulado dentro de un aburrido libro de etiqueta, y sonrió a su madre con toda la inocencia que pudo. A fin de que no se acercara a inspeccionar sus “inapropiadas” lecturas. Si la sorprendían no sería la primera vez pero desde luego prefería ahorrarse un largo discurso sobre lo apropiado e inapropiado para una mujer de su clase y posición.
Para una joven de 26 años, educada en las viejas tradiciones y sin otra salida en la vida que ser esposa y madre, suponía todo un reto conseguir periódicos y revistas fuera del clásico círculo aprobado por sus progenitores.
Maddy los compraba a escondidas, no siempre era fácil. No siempre la dejaban ir a solas de visita. En otras ocasiones sobornaba al hijo de algún criado para que se los comprara o engatusaba a la señora Harper, el ama de llaves, para que la dejara leer los ejemplares que tenía la servidumbre. Claro que Maddy había descubierto un filón en las cocheras y se las ingeniaba para tomarlos prestados. eso sí cuando terminaba de leerlos, los devolvía.
Se quejaba en silencio de que muchos de esos ejemplares acabasen como envoltorio de comida cuando aún no les había podido leer.
Maddy llamó con suavidad a la puerta y entró.
Aquí no está pasando nada bueno, pensó al ver a su padre sentado tras el escritorio con varios documentos en la mano y a su madre en un pequeño sofá jugueteando con su collar de perlas.
Collar, que de seguir así las cosas, acabaría empeñado para sufragar un mes más los caprichos de su madre.
Puede que su padre tratara de ocultar sus dificultades financieras pero era lo suficientemente lista como para saber lo que pasaba, incluso con timidez había le sugerido echarle una mano a fin de buscar una solución.
Por supuesto su padre se subió por las paredes, no sólo por insinuar siquiera que él era incapaz de sacar la familia adelante, Maddy pensó que se sentía más ofendido por ser una mujer quién hiciese la oferta.
—Buenas tardes, querida  —dijo su madre acercándose a ella para besarla en la mejilla y de paso evaluar su atuendo. Margarita Cherterfield podía dar mil y una clases de etiqueta y aburrir al más paciente. Maddy soportaba estoicamente sus constantes correcciones.
—Buenas tardes, madre.
—Dejaros de formalismos—.interrumpió su padre con su característico mal humor —Cierra la puerta. Tenemos que decirte algo importante.
Maddy no se inmutó por el tono autoritario y tosco de su padre, estaba más que acostumbrada. Hizo lo que él pidió y se sentó a la espera, de lo que sin duda eran malas noticias.
—Tienes 26 años, a tu edad muchas mujeres están casadas y con hijos...  —empezó su padre.
Y Maddy sabía lo que venía a continuación: tu madre a esa edad ya tenía dos hijos, por desgracia el señor no quiso bendecirnos con más descendencia. Si tu hermano no se hubiera casado con esa...  y hubiese seguido la tradición familiar... en fin y bla,bla,bla.
Maddy por supuesto se sabía el discurso de memoria. Su hermano, no podía decirlo en voz alta pero le envidiaba terriblemente. Albert Cherterfiel, el heredero, el hijo mayor, había recibido un ultimátum: o dejas a esa ramera y te casas con una señorita de cuna o te desheredo. Y Albert se casó con Charlotte, una camarera del café que él y sus amigos frecuentaban mientras estaban en la universidad. Mandó a freír espárragos a su familia y ahora vivía deshagodadamente ejerciendo como arquitecto.
Maddy, sin saberlo sus padres, procuraba visitarles a menudo. Apreciaba a su cuñada, pero sobretodo adoraba a su sobrina Annabelle. Por mucho que insistieran sus padres no iba a dar la espalda a su hermano.
—.. por lo tanto, el próximo mes se celebrará tu boda con el señor Samuel Boston. Ya hemos firmado el acuerdo pre nupcial.
Maddy salió de sus ensoñaciones y prestó estupefacta atención a las últimas palabras de su padre.
—¡¿Qué?!
—Por favor, Maddy, no hables como una cualquiera—.fue la severa observación de su madre  —y siéntate correctamente.
—Has oído perfectamente. El notario ha redactado un acuerdo.
—Déjeme verlo.  —pidió Maddy preocupada. A saber que tipo de contrato había firmado y padre y a saber en que tipo de matrimonio iba a meterla.
—Esos asuntos no te conciernen  —su padre guardó los documentos  —te casarás con Samuel Boston y no hay nada más que hablar.
—¿El banquero?
—Si  —contestó su padre dejando entrever su desprecio, si aceptaba algo así era por salvar sus finanzas.
—¡Pero si es muy mayor!
—Querida, no grites.
—Eso carece de importancia.
—¿Por qué ?  —exigió Maddy controlando sus lágrimas.
—No voy a seguir permitiendo que vivas como lo haces, Madelinne y menos aún que sigas viendo a ese don nadie de Charles, ¡Por Dios su padre regenta una carnicería!
—Es mi amigo, nos conocemos desde niños, siempre pensé que...
—Madelinne ¿Estás loca? ¿No pensarías que tu padre y yo íbamos a aceptar que te casaras con un carnicero?  —a su madre casi le da un soponcio al pronunciar la palabra carnicero.
—No debí permitir esa amistad  —dijo severamente su padre — y mucho menos que acudieras a colegios dónde a saber Dios sabe qué te enseñaron, pero eso ya no tiene remedio. El mes que viene estarás casada y serás responsabilidad de tu marido.
—Me has vendido.  —dijo comprendiendo todo .
Y ese comentario le valió una sonora bofetada por parte de su padre. Por supuesto su madre se limitó a mirar hacia otro lado y hacer aspavientos.
—No toleraré que se me cuestione. Y menos una mocosa como tú.
—¡No puede obligarme, tengo 26 años! Padre por favor, si lo ha hecho por salvar...
¡Zas! Otro bofetón.
—¿Qué acabo de decir?
—Peter, por favor, me va a estallar la cabeza con tanto grito.
            —Es una desagradecida y una malcriada. Te casarás con quién yo diga. Y nunca, nunca, vuelvas a meterte en mis asuntos.
            —¿Vender a una hija al mejor postor es hacer negocios? —Maddy se protegió la cara porque sabía que su insolente pregunta tenía como resultado otro bofetón.
            —¡Fuera de mi vista! —gritó su padre —No saldrás de esta casa hasta el día de la cena previa a tu boda, se acabaron los paseos y las visitas, te preocuparás única y exclusivamente de preparar todo lo necesario para que ese día sea memorable. Para que nadie ponga un solo reparo a tu aspecto y a la organización. Tu madre te acompañará. No se hable más.
Maddy se limpió con la manga de su camisa las lágrimas. Se mantuvo en silencio pues sólo iba a obtener alguna que otra bofetada más. Pasando por alto la educación se retiró a su dormitorio.
Mientras subía las escaleras su mente no dejaba de idear una salida.


           *          *          *

—Querido,al final lo aceptará. Es joven.
—Esto pasa por darles más libertad de la necesaria. Te lo advertí hace tiempo, no es bueno que ande por ahí hablando con cualquiera. A saber que pájaros se le han metido en la cabeza.
—Todas las familias respetables envían a sus hijos a colegios.
—A sus hijos, querida Margarita, no a sus hijas.
—Todo esto me supera —Margarita hizo un gesto de dolor —dejar que entre en nuestra familia un simple banquero. Deberíamos haber buscado más.
—Las familias adineradas y con linaje escasean hoy en día. Los ricos basan sus fortunas en sus negocios y no en la tradición—.Peter hablaba evidenciando su desagrado por esa emergente clase social.
—¿Tan grave es nuestra situación? —preguntó ella angustiada.
—Si —respondió con sinceridad  —gracias al acuerdo prematrimonial el vencimiento de dos préstamos serán liquidados y obtendremos liquidez suficiente—.Peter no se extendió más, pues Margarita no tenía cabeza como para tantos datos —básicamente saldremos adelante.
—Espero que nuestro círculo de amigos no llegue a sospechar ..—.Margarita no pudo continuar, contemplar la posibilidad de caer en desgracia a los ojos de sus amistades era impensable. Pasar de ser aceptada en cualquier evento al ostracismo supondría algo peor que la muerte.
—Tranquila, querida. He llevado todo el asunto con la máxima discreción.
—¿Y que opinarán cuando sepan que Madelinne está comprometida con un banquero? Cielo santo, no fue bastante con lo de Albert ..—.Margarita acabó su frase con otro aspaviento característico.
—A ese, ni me lo nombres.
—Está bien querido  —Margarita se acercó a su esposo y le dio un beso en la mejilla  —no te sulfures.
—Ve a hablar con la desagradecida de tu hija, trata de convencerla para que se comporte y no cause más problemas.
Peter se sentó tras su escritorio releyendo los documentos que suponían su salvación financiera.
Tuvo un pequeño atisbo de remordimiento, pero existían cosas más importantes que con quién se casara su hija, siempre y cuando su apellido significara buenos ingresos.
De todas formas no estaría de más revisar sus gastos e intentar contenerlos. Aunque estilo de vida al que estaban acostumbrados exigía fuertes ingresos y las rentas procedentes de sus propiedades agrarias ya no era suficiente, recurrir a los bancos había sido una solución temporal, la cual ahora era insostenible, así que Madelinne representaba la solución para los problemas de la familia, al fin y al cabo todos los padres buscaban el marido adecuado.

Comentarios

  1. Hola Noe!
    Somos las administradoras de Pasajes Románticos. Acabamos de publicar una entrada con las novedades del maquinista y sólo queriamos decirte que tenemos muchísimas ganas de que llegue Junio para leer tu novela.
    La portada es un preciosidad y el argumento pinta muy bien
    Un beso
    Dácil

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