Reseña : BEATIFUL BASTARD - Christina Lauren.

Sinopsis:

Chloe Mills se ha relacionado con los Ryan desde que era una mocosa, así que cuando necesita una beca para finalizar su tesis en empresariales enseguida recurre a la Compañía Ryan Media. Lo que no se imaginaba es que tendría que trabajar para Bennett, el atractivo hijo de los Ryan, que se comporta como un perfecto imbécil con Chloe hasta que una tarde, repasando una presentación, acaban sucumbiendo a la pasión encima de la mesa de reuniones. Tratando de mantener el equilibrio entre la profesionalidad y la lujuria, descubrirán con pavor que no es solo el sexo lo que les une: están perdidamente enamorados. Pero todo es tan complicado... y los continuos malentendidos a los que tienen que enfrentarse no van a facilitarles nada la tarea.

Hay veces que te compras un libro a lo tonto, sin grandes esperanzas, sólo porque está bien de precio y no te gusta salir de una librería con las manos vacías.

Este ha sido el caso.

Pero luego sorpresas te da la vida y nada más leer la primera página sonríes como una tonta al darte cuenta de la joya que tienes entre manos.

La historia comienza de una forma divertida con un protagonista, Bennett, al que directamente coloco en el olimpo de los cabrones redomados, sí, de esos que tanto me gustan. Por ser insoportables, ácidos, déspotas y sobre todo capaces de dejarte sin palabras con sus comentarios irónicos.

La historia está narrada en primera persona, empezamos escuchando la versión según Chloe y rápidamente nos solidarizamos con ella por lo que a diario tiene que soportar en la oficina, pero... y aquí está uno de los mayores aciertos del libro, también le escucharemos a él. 

Alternando el narrador de cada capítulo comprenderemos perfectamente toda la situación y la verdad es que se agradece muchísimo pues siempre son ellas las que nos cuentan la película y tenemos que imaginarnos qué sienten ellos; pues aquí no, entraremos en las elucubraciones de un tipo cañero pero que cuando se esfuerza tiene su momento oso amoroso, pero que le dura lo que el agua en un cesto.

La relación surge simple y llanamente desde el aspecto sexual, nada de declaraciones ni promesas de amor eterno, nos ponemos cachondos y ale, ancha es Castilla. Eso sí, unos encuentros cargados no sólo de sexo (más o menos convencional en cuanto a posturas y prácticas) sino rodeados de un morbazo por lo que implica, por el lugar escogido y especialmente por las conversaciones previas y posteriores. Una lucha en igualdad de condiciones para ver quién les tiene mejor puestos.

Una lectura muy divertida, situaciones cómicas (con o sin sexo, con la lencería femenina muy presente), algún que otro momento tontorrón (no en exceso, para no empalagar con el pastel) celos (no reconocidos) dudas (el sexo empieza a dar paso a algo más, algo indefinido) y por supuesto unos diálogos de quitarse el sombrero, en los que ambos se baten constantemente en duelo.