Reseña: LOS LUGARES SECRETOS - Paula Soler.

Sinopsis:

Nada en esta hermosa empresaria parece indicar que disfrute sexualmente cuando ejerce el poder sobre los hombres. Al castigarlos y humillarlos, al conseguir de ellos su rendición más incondicional. Ante el mundo, Irene es una mujer rica y liberada, inteligente y con clase.

Nada en este atractivo abogado sugiere que pueda sentirse atraído por los placeres de la sumisión. Al contrario, David es un joven seguro de sí mismo, con un buen trabajo y una vida organizada, enamorado de su novia y a menos de dos meses de contraer matrimonio con ella.

Cuando los caminos de ambos se cruzan en una tarde de tormenta, Irene y David se lanzan a las aguas del sexo más prohibido sin pensar que el placer puede convertirse en una marea capaz de arrastrarnos a lugares de los que resulta imposible regresar.

Cuando leí la sinopsis no pude resistirme. Quería ver otro punto de vista sobre esto de la sumisión y me puse a leer. Si bien cuando empiezas te preguntas ¿cuándo saca la fusta? una y mil veces te das cuenta de que no tiene sentido el zas-zas mientras no se haya preparado el ambiente.

Para ello nada mejor que ir escuchando ambas versiones, cómo un mismo hecho, narrado desde dos puntos de vista te aporta muchos más matices.

Estamos acostumbradas a los tipos dominantes pero ¿qué pasa si es al revés? Pues nada, que te lo pasas igual de bien.

La relación entre Irene y David resulta en todo momento extraña, no hay promesas, no hay datos, sólo unos encuentros con fecha de caducidad.

En medio de todo esto tenemos a los hijastros de Irene (vaya piezas) que aportan a la historia la parte desagradable. Ambiciosos, rastreros e inútiles.

El personaje de Irene me ha encantado, seguridad en sí misma, nada de traumas o lloriqueos. Simplemente afronta lo que le viene sin titubear. 

La historia de David es algo más trágica pero no por ello condiciona hasta resultar cansina, como ocurre en otros libros que todo parece estar supeditado a un hecho del pasado.

Es un hombre que ha salido adelante y que sin saberlo tiene una faceta que por comodidad, costumbre o lo que sea no ha llegado a probar, pero, y he aquí lo interesante, acepta y no se anda con zarandajas morales ni cuestionamientos viriles, cosa que agradezco.

David es un tipo con una carrera profesional bien encauzada, una novia divina de la muerte y un hermano pequeño al que cuidar. Lo tiene todo para ser feliz, va a casarse y todo será de color de rosa.

Hay un par de escenas que, sencillamente,  aparte de subirte la temperatura, resultan preciosas por el desarrollo, paso a paso de las mismas. Desde la provocación más sutil hasta el desenfreno más erótico.

Vamos, que me ha encantado.

La parte romántica queda en un segundo plano, pero esto, lejos de ser una crítica, es una de las razones por las que la novela gusta, ya que no tendemos que esperar grandilocuentes declaraciones de amor, que no siempre quedan bien, la verdad.

Una relación que se podría definir como adulta. Sin histerismos, sin platos rotos, sin gritos ni acosos.

Un final abierto, no porque quede inconcluso sino por la forma de asumir una realidad.